En un experimento que aplicó el “Efecto Maharishi”1, denominado el "Proyecto Internacional de paz en Oriente Medio", que se publicó en 1988 en el Journal of Conflict Resolution, entre agosto y septiembre de 1983, en plena guerra entre Israel y Líbano, varios practicantes fueron adiestrados en técnicas específicas de la meditación trascendental para que pudiesen crear paz en sus cuerpos (en lugar de que simplemente se limitasen a pensar en la paz o a rezar para que llegara).
En determinados días del mes, a ciertas horas del día, estas personas fueron colocadas en las zonas de Oriente Medio desgarradas por la guerra. Durante el espacio de tiempo en la que estuvieron en sensación de paz, se redujo el número de ataques terroristas, de crímenes contra las personas, de visitas a urgencias y de accidentes de tráfico. Cuando los practicantes interrumpieron su práctica las estadísticas volvieron a elevarse a los niveles anteriores. Estos estudios confirmaron los resultados: cuando un pequeño porcentaje de la población accede a un estado de paz interior, esa paz se refleja en el mundo exterior.
“La mecánica cuántica nos enseña2 que nosotros no estamos separados del resto del mundo, como habíamos creído. La física de las partículas nos enseña que el resto del mundo no es algo que permanece ocioso allá afuera. Por el contrario, es un brillante campo de continua creación, de transformación y, también, de aniquilamiento. Las ideas de la nueva física pueden dar lugar a que se produzcan experiencias extraordinarias cuando son captadas en su totalidad”.3
Nos han enseñado que somos observadores mirando a través de un telescopio o un microscopio, mientras que ahora, la física cuántica nos enseña que somos co-creadores de lo que nos rodea. Alguien ha especulado que en el siglo pasado, descubrimos el átomo que identificamos como el elemento más pequeño de la materia y desde entonces, hemos seguido mirando por el microscopio y ahora vemos los quarks, que forman los neutrones y protones, y que tal vez nunca lograremos ver la parte subatómica más diminuta, porque en la medida en que observamos con mayor profundidad, vamos creando más materia. La misma especulación se puede aplicar al espacio exterior. Con el telescopio Hubble, vemos otras galaxias, y tal vez nunca llegaremos a ver el final del universo, porque somos co-creadores.
Ya que está científicamente comprobado que la meditación (o la coherencia) tiene efectos positivos no solamente en nuestro entorno inmediato, sino a nivel mundial, debemos considerar cómo nos beneficia a nivel personal.
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1 El “Efecto Maharishi” se denomina así en honor a Maharishi Mahesh Yogi quien dijo que cuando un 1% de la población practicase los métodos de meditación que él proponía, se produciría una reducción de la violencia y crimen en esa población.
3 Gary Zukav, “La Danza de los Maestros”
El Oriente fue, es y será el ancestral creador de conocimientos como la meditación y una multitud de maneras de sanearnos que el Occidente está redescubriendo, últimamente a través de la ciencia. Por ello, nos referimos a un Rimpoche tibetano, Sakyong Mipham, quien practica la meditación mientras hace footing: “Meditar te fortalece vitalmente, te permite reunir toda tu energía y emplearla para lo que realmente deseas, y es algo muy versátil que se puede practicar para conseguir la calma o para desarrollar la compasión y la sabiduría. Pero también es una forma de participar en la transformación del mundo, porque nos conecta con la bondad innata del ser humano, que hemos olvidado. Además, la paz y claridad que aporta la meditación son acumulativas”.
Los “rimpoche” tibetanos4 aportan, dan de sí, buscan el bien de los demás, y estar en su presencia es como estar delante de una joya preciosa que emana buena energía.
Sakyong Mipham comenta: “Tenemos el reto de reconectarnos con nuestra naturaleza y replantearnos nuestro modo de vida, porque la superficialidad se propaga cada vez más rápido, proponiendo un mejor estilo de vida que no es real”.
Tal como nos explica el rimpoche, la meditación se puede realizar no solamente sentado, sino corriendo, pero hay muchas maneras de hacerlo, y cada uno debe encontrar el modo más adecuado. Ekhart Tolle tiene otras ideas sobre cómo meditar5, que para este gran pensador y heredero de la tradición budista, consiste en centrarse en el aquí y ahora. Esa “superficialidad” de la que habla el rimpoche, podría interpretarse como los “monos que corretean por la cabeza” de los que habló otro rimpoche, Dungsey Gyetrul Jigme6, “La falta de presencia y de atención es la causa raíz de la confusión mental, responsable del desarrollo de hábitos y comportamientos inadecuados que acarrean dolor y sufrimiento. A la larga, esta situación va creando un desequilibrio que con el tiempo degenera en enfermedad y deterioro.”
Rimpoche Dungsey Gyetrul Jigme |
Los dos rimpoche tibetanos y Ekhart Tolle coinciden en la importancia de practicar la meditación, con diferencias de método, ya que no es el método que importa, sino su práctica, de una manera cómoda y accesible para cada persona. Sixto Paz Wells7 explica cómo prepararse para lograr “una profunda sintonía con nosotros mismos y con el universo”, de esta forma: “es más que saludable salir al campo, caminar descalzo, abrazar a un árbol, mojarse los pies en una corriente de agua, caminar sobre las piedras, tocar el suelo húmedo y las cortezas de los árboles, así como respirar libres de contaminación y quedar en silencio para escuchar el viento, y también las hojas y las ramas, así como el canto de los pájaros”.
Un Rimpoche ha pasado por diferentes entrenamientos durante largos periodos; se puede decir que ha dedicado su vida para liberar todo su potencial espiritual y de aquellos con los que tiene contacto. Su compasión se extiende hacia todos los seres y se entrega a los demás sin dudar para que conozcan el camino de la liberación del sufrimiento. Es literalmente una persona religiosa de alto nivel y por esta razón, un Rimpoche merece no sólo nuestro respeto sino también nuestra consideración y deferencia.
Otros enseñan que una manera de entrar en el estado meditativo es dejarte ser plenamente consciente – “mindfulness” – de la respiración. Pero coinciden en la necesidad de vivir en presente, lo que Tolle denomina “presencia” y otros, “mindfulness”. Lao Tse escribió en el siglo VI antes de Cristo: “Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estás viviendo en el presente”.
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4 http://www.verdeclaro.net/dharma.html. Rimpoche (Tibetano: joya preciosa) es aquella persona que ha alcanzado, por los años de estudio y práctica, un alto nivel de conciencia y logros.
5 Ekhart Tolle: “El poder del momento presente y la meditación”: https://www.youtube.com/watch?v=q1kCTeE9IV0
7 “El instructor del nuevo tiempo”, editorial MC Casterol y Cías En C Producción.
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